El fiel escudero

La noción de que el fin está cerca hace de los tigres moribundos más peligrosos, dice el antiguo adagio popular. Incluso mucho más que cuando se encuentran acorralados o ven su territorio invadido por un extraño. No hace falta ser muy crítico para reconocerle cierta sabiduría a este pensamiento, pues la misma realidad se encarga de probarla cierta.

Ya es costumbre de todas las mañanas abrir el periódico y ver qué noticias transcurren por el mundo, a pesar de que esto mismo lo puedo hacer perfectamente desde mi computador y enterarme más de cerca de sucesos con publicaciones que sean idóneas para determinadas informaciones. Sin embargo, pocas muestras de propaganda política se encuentran como en El Tiempo, el pasquín de los Santos, cuya sección de opinión aloja ahora a cualquier cantidad de ratas de alcantarilla – y digo esto lamentando que aún haya escritores de calidad ahí, como Daniel Samper, Natalia Springer o Jotamario Arbeláez – que retórica y sistemáticamente elogian a sus camaradas y atacan a quienes se alejan de su forma de pensar; unos auténticos fanáticos, aunque de poca monta.

El top of mind lo acaparan Fernando Londoño Hoyos, a quien más de una vez he usado como ejemplo de lo que puede llegar a hacer la dañina prosa, y José Obdulio Gaviria, de lejos el más peligroso de los dos, y al cual me referiré en el post de hoy. Como todos los miércoles, el que es considerado uno de los más acérrimos uribistas – creería yo que más que el propio Uribe – escribe su columna, tan untada de hiel que hasta podría pasar desapercibida por una herida purulenta… y paro ahí con mi metáfora. La de hoy lleva por nombre El exhibicionista, una crítica al presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero que concluye, como siempre, con un llamado a la «continuidad uribista». Hay que reconocer que, como buen discípulo de Goebbels, el ex consejero se destaca en empalmar temas completamente disímiles para ilustrar su punto, por muy oscuro y macabro que sea. También hay que reconocer, con algo de crudeza, que para el ojo conocedor el pobre José Obdulio es un mal chiste.

Compartiré con ustedes el primer párrafo de su columna, y juntos lo analizaremos para que así nos ríamos un poco.

Intereconomía es una importante multimedia española. En la web del periódico La Gaceta podrán ustedes leer las elogiosas palabras del director, don Julio Ariza, quien proclamó a Uribe como el ‘Mejor Dirigente Político Iberoamericano de la Década’, y en ‘presidencia.gov.co’ está la brillante respuesta del homenajeado.

Intereconomía… en palabras de un bloggero español al cual leo, «son los sucesores intelectuales de la dictadura». Tan sólo con ese calificativo ya basta para hacerse a una pequeña idea del talante ideológico de José Obdulio Gaviria, y el hecho de que mencione tan orgullosamente este homenaje a Álvaro Uribe redondea la idea.

La cadena Intereconomía quizá sea descrita mejor con la etiqueta de «ultraconservadora»; ello, en un ámbito español, quiere decir ultracatólico. Quisiera compartir con ustedes un video que ilustra un poco el calibre intelectual de estos comunicadores:

Escogí este video en particular porque Wyoming, el presentador del programa de la cadena española La Sexta, se ha metido en bastantes líos por denunciar el rampante prejuicio e ignorancia de Intereconomía, así como de muchos otros.

Volviendo a lo que nos compete, pues sí, tal parece que son estos individuos los que han homenajeado al presidente Uribe. ¿Tan importante es la palabra «homenaje» que hacemos alarde de todo aquel que se recibe, venga de donde venga?

Pongo a continuación otro buen pedazo para que, además de que aprecien su contenido, vean cómo es que el señor Gaviria va enfilando su artillería.

En contraste, el presidente Zapatero merecería aquí el galardón del antilíder iberoamericano. Las descalificaciones son unánimes. Es impopular en la base, y los medios simplemente la reflejan. Un comentario de La Gaceta describe el ambiente: «¡Fuera, fuera! Así fue recibido el presidente Zapatero este domingo (…) en la cumbre bilateral España- México. No es una novedad. Cada vez que el presidente sale a la calle, recibe el rechazo ciudadano a su persona y a sus políticas. Ha perdido la calle. Ha perdido las encuestas. Y de tanto perder el tiempo, ha perdido hasta el gobierno».

En España, al debate político lo alimenta la literatura, lo que facilita a los analistas resolver dudas y nutrir la reflexión sobre la coyuntura. Cuando salí del Hotel Intercontinental del Paseo de la Castellana, en Madrid, sede del homenaje, pensaba en el contraste Uribe-Zapatero, en la popularidad del uno y la impopularidad del otro. No había caminado veinte metros y, de sopetón, encontré al canto toda una fuente de datos y respuestas: la librería Castellana – 45. No exagero al decir que vi en sus estantes más de cincuenta volúmenes sobre la actualidad política española y europea.

En ‘El Maquiavelo de León (Cómo es realmente Zapatero)’, escrito por el periodista José García Abad, hay muchas respuestas (informo, antes de entrar en materia, que el libro ha merecido cuatro ediciones en dos meses).

La personalidad que se describe es la antípoda de la de Uribe, lo que comenzaría a explicar el aprecio español por nuestro Presidente, resumido en la frase de uno de los directores de Intereconomía: «Ya que quedará cesante en Colombia, nosotros lo vamos a elegir para que nos dirija en medio de esta crisis».

Si hay algo que se puede asegurar de la derecha extrema española es que no aprecian a ninguna persona que no comparta sus ideales, incluso si tuviera una gestión estupenda; ese no es el caso con Rodríguez Zapatero, quien poca idea tiene de dirigir un país – al menos en eso le atina José Obdulio -. Creo que le hubiese resultado más productivo al autor de la columna referirse a las afinidades políticas del escritor del libro citado – de la izquierda, la misma del Partido Socialista al que pertenece Rodríguez Zapatero – que señalar la cantidad de ediciones por unidad de tiempo que ha tenido, la cual, a todas luces, poco señala sobre la buena (o mala) calidad de un libro. Y, pues, ¿qué comentario hace falta decir si los sucesores del fascismo desearín ver a Uribe en el Palacio de la Moncloa? ¿y qué decir que Gaviria haga eco de dicho deseo (o necesidad)?

Después se sigue despachando contra el dirigente español, lo cual supongo lo hace por ser ideológicamente contrario a su parecer político, porque de resto me parece completamente inocuo e innecesario; porque, siendo sincero, ¿qué le quita o le pone a Rodríguez Zapatero que este personajillo de dudosa reputación despotrique de él? Pues precisamente nada, aunque acá en Colombia sí le servirá para ilustrar un punto, pero en especial para mantener a los influenciables seguidores de la «doctrina» uribista en la boca del mortero, es decir, listos para salir a defender a su respetadísimo líder… y a su sucesor. Luego de comparar la aceptación de ambos gobernantes, José Obdulio nos despide con esta perla:

Efectivamente, en un programa que se emitió desde las 12 de la noche hasta las 7 de la mañana, con teléfono abierto, Uribe remó contra la corriente e hizo avanzar la nave: ganó a la mayoría para el TLC y también la reelección. Buen ejemplo y contraste para tener en cuenta en Colombia en el momento de decidir por quién votar.

En otras palabras, vote por Santos… o muerte.

~ por Juancho H. en May 19, 2010.

2 respuestas to “El fiel escudero”

  1. Ahora termino de leer todo… bueno, pues qué decir. Casi me da pena ese Señor que escribe sobre Zapatero. Y mira que no comulgo con ZP, pero tampoco con la continuidad de Uribe en su sucesor. Y, sobre todo, vale que se podría decir que ZP y Uribe son de partidos contrarios, pero no le encuentro el sentido a contraponerlos el uno al otro.
    ZP será impopular, no será el mejor presidente del mundo, tendrá sus defectillos y habrá hecho unas cosas bien y otras mal. Pero desde luego, Uribe parecido (leyendo al tipo casi parece que Uribe fuera una Hermanita de la Caridad…).

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